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La vida es sueño

La vida es sueño

Dice el neurólogo Prof. Francisco J. Rubia:

[...] yo estoy convencido de que estamos determinados porque el cerebro es materia y la materia del universo está sometida a las leyes deterministas. Eso ya lo decía Albert Einstein cuando se preguntaba "¿Por qué el cerebro iba a ser una excepción?" ...eso siempre que no seamos cartesianos dualistas y pensemos que el cerebro está influenciado por un ente inmaterial. Pero ese dualismo la neurociencia lo ha abandonado prácticamente. [...] Hoy se sabe que la mente no es otra cosa que la actividad del cerebro. [...] Hay resultados experimentales que demuestran que la libertad puede ser otra ficción. Cada vez que tomamos una decisión el cerebro se pone en marcha mucho antes de que tengamos la sensación subjetiva de estar decidiendo. Por lo cual esta sensación es una consecuencia del proceso y no su origen. En un experimento en Berlín en 2008 se ha encontrado que esta decisión inconsciente se produce incluso diez segundos antes. Desde el momento en que renunciamos al dualismo cartesiano entonces ya se pone en entredicho la libertad. Una cosa es tener diversos grados de elección. Que tenemos distintas posibilidades de elección está claro, pero también las tiene la ameba el lagarto y el chimpancé. Pero si no sabemos por qué elegimos lo que elegimos entonces no hay libertad.



Me gustaría saber quién diablos es el "yo" que encabeza el párrafo.

Este científico da por supuesto que entendemos qué es la libertad que está negando. Seguramente se refiere al libre albedrío, pero eso no es más que otra palabrota que habría que matizar.

Aunque la parte de mí que elige la mayoría de las veces sea incosnciente o subconsciente (determinista o lo que sea), eso no quiere decir que no haya sido educada y creada por una parte consciente, creciendo a la par. Yo no elijo igual ahora que a los tres meses de edad. El lagarto probablemente sí. Viva la diferencia.

Puede decirme que esta parte consciente que modula y se enciende con mi subconsciente en el fondo también es “determinista”, y que la diferencia con el lagarto es "sólo" cuestión de gradación, pero sólo nombrando las cosas no las explicamos. Decir que es determinista y no decir nada es, en la práctica, casi lo mismo.

Incluso hasta parece negarnos la capacidad de reflexión: “hum, me apetece hacer esto, o mi subconsciente me empuja a hacer esto, o ya he elegido hacer esto, o ya estoy haciendo esto y no sé por qué… ¿pero es realmente lo que más me conviene? ¿Debería parar, reconducirme, contenerme, cambiar de opinión?”.

Lo que parece decirnos este señor es que no somos responsables de nuestros actos.  Si no soy responsable, entonces, una de dos: o el responsable es Otro, o no hay responsables, nunca, y el mismo concepto de responsabilidad es tan absurdo como el de metabulocitos acuo-oleosos.

Cualquiera de las dos alternativas contradice soberanamente mi experiencia diaria. Puede que viva engañado, pero como al fin y al cabo lo que tengo que hacer es vivir, pues de momento vamos tirando con estos prejuicios tan prácticos. Si la ciencia se impone la tarea de desengañarnos (función que no estoy del todo seguro sea de su competencia) tiene que hacerlo con argumentos contundentes. Para contradecir mi experiencia y cinco mil años de historia escrita no basta que una máquina mida un desfase de diez segundos en mis actividades cerebrales. Que mi cerebro es lento en reaccionar, y que está constituido por diferentes niveles que se comunican entre sí a velocidades sorprendentemente lentas, no es nada nuevo. Aún así yo puedo elegir entre insultar a este señor o contradecirle sosegadamente. Digo yo. Si es que existo.

Para negar que “yo soy libre” hay que tener muy claro qué es “libertad” y qué es “yo”. (Rizando el rizo, habría que discutir que es “ser”, pero eso es pasarse un poco de pendante ahora).

Parece que estos experimentos (y otros muchos, no lo dudo) niegan la existencia de un “yo libre” a la usanza de lo que concebían Descartes y compañía. Pues vale. Seguro que tampoco han encontrado el alma. Eso no significa necesariamente que yo no sea libre, o que no exista un yo, sino quizá que hay que matizar nuestras definiciones. Si por el contrario lo que preferimos, en vez de seguir por ese camino tan laborioso, es tachar de irreal el concepto de “responsabilidad”, estamos en mi opinión dando pasos demasiado grandes, siendo a la vez perezosos y, vaya por dios, irresponsables científicamente.

Lo cual es un poco más de lo mismo: que no por ponerle (o quitarle) un nombre a una cosa inmediatamente la comprendemos.

Si va a resultar que la neurología es la rama de la ciencia que niega científicamente la posibilidad misma de la ciencia. Y ahora para dormir bien voy a repetirme el mantra: "el profesor Rubia no existe, el profesor Rubia no existe".

 

Me la paso por el forro

Me la paso por el forro

La empresa conservera gallega Pescanova no ha logrado el permiso del gobierno regional (Xunta de Galicia) para establecer como quería una nueva planta de producción de rodaballo , y se ha largado con ella a Portugal. Un analista nos cuenta que

Obviamente, la Xunta no ha puesto problemas por capricho. Defendiendo la legalidad, como es su obligación, la Consellería de Pesca se ha negado a autorizar un proyecto que pretendía instalarse en una zona ecológicamente protegida -la de cabo Touriñán-, pero lo ha hecho con una rigidez que no parece tener en cuenta los intereses en juego en el asunto.

Uno podría entender esa rigidez a reglamento si la costa gallega fuera la de algunas zonas de Alaska o Canadá, donde se controla incluso la contaminación acústica, pero no cuando hablamos de un país en el que varios ayuntamientos -algunos socialistas- acaban de autorizar, de un plumazo, la construcción en sus riberas de miles de viviendas.

Gobernar es ponderar y buscar la solución más justa y adecuada para cohonestar intereses particulares e intereses generales. ¿Ha acertado la Xunta en este caso? No lo parece.

Ole. Vamos, que las leyes están para que el gobierno se las salte si lo cree conveniente. No se le ocurre sugerir que hubiera sido necesaria más presión para, puestos a querer que la planta se quedase en casa en vez de mudarse al país vecino, poner la planta en otro sitio, con todas las facilidades que quisiesen. No, lo mejor es cargarse la zona protegida saltándose la ley, porque para eso lo pide una empresa grande. Me chifla.

 

Otro analista dice, sin embargo, que

si Galicia fuese un país moderno, con mentalidad avanzada, estaría encantada de tener empresas, como Pescanova, capaces de invertir en diferentes países y de mantener las líneas comerciales que hacen posible ese milagro. Y también presumiría de tener dos conselleiras que fueron capaces de defender la riqueza del territorio frente a la idea tercermundista de que una inversión puntual (todo lo espectacular que se quiera) debe pasar por encima del país y del equilibrio de sus recursos naturales.

Dualidad de la política

Dualidad de la política

En un artículo de opinión firmado por A. Delgado-Gal y titulado Choque de teologías se insinúa una típica manera bipolar (e hispana) de ver las cosas:

La manifestación convocada por el Arzobispado de Madrid en defensa de la familia ha desencadenado [...] el choque de dos teologías, la expresa y palmaria de la Iglesia, y la implícita de la izquierda. [...]

Sin asomo de duda, los prelados se echaron a la calle en nombre de la lex naturalis. La doctrina de la Iglesia nos habla de un orden cósmico que la razón puede aprehender y cuya autoridad ha de predominar sobre los decretos del soberano. [...] Lo grave, desde la perspectiva católica ortodoxa, es que se hayan puesto en pie de igualdad un artificio institucional -la consagración de uniones entre personas de un mismo sexo-, y un hecho, el matrimonio, que la sociedad sanciona pero cuyo fin, la procreación, es anterior a las decisiones y arbitrios del magistrado. [...]

El Partido Socialista contraatacó con un documento -Las cosas en su sitio- del que entresaco la afirmación siguiente: «...es la sociedad la que tiene, a través de sus representantes, la potestad de ordenar los principios de libertad y convivencia para todos los ciudadanos». [...] La fórmula usada en el documento abunda en la tesis talismán del presidente: la de que el objetivo principal del Gobierno es la multiplicación de los derechos. [...] no está claro en qué consiste ese objetivo. Podría ser el de reconocer derechos que han asistido a los hombres desde siempre [...] o pudiera ser que se nos estuviese hablando de la creación de derechos, es decir, de títulos o franquías radicalmente inexistentes hasta su alumbramiento mediante un acto de la voluntad democrática. [...]

¿Entonces? Pues hemos rebotado en una teología rival de la tomista: la teología hobbesiana. Para Hobbes, es el soberano, es decir, Leviatán, quien debe definir lo que es un derecho o no lo es, o lo que es bueno o es malo. [...] Hobbes preconiza que la Iglesia quede sujeta a la autoridad secular. Y el PSOE, ídem de ídem. Los liberales, dicho sea de paso, no admitirían que la Iglesia, atribuyéndose el papel de intérprete de la lex naturalis, dispusiera qué entra o no entra en los derechos. La diferencia, es que los liberales tampoco reconocen esa potestad a una asamblea legislativa. Por eso son liberales, y no hobbesianos.

 

No quisiera yo decir qué piensan los socialistas, así que no pondré nada en su boca (aunque no veo cómo de la frase citada se concluye que el objetivo del gobierno es el de "multiplicar los derechos"). Pero el autor parece insinuar que aquello que no sea derecho fundamentado en la ley natural es inevitablemente derecho impuesto o concedido por el gobernante. No aclara a quién atribuyen los liberales la potestad de crear derechos, pero no será ni a Dios ni a una asamblea aunque represente al pueblo.

Lo cierto es que, pese a quien pese, las fuentes del ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre y los principios generales del derecho, por ese orden. Sólo en los últimos hay sitio (si acaso, y en una visión algo anticuada) para la naturaleza, con mayúscula o minúscula, así que la lex naturalis pinta poco en los asuntos nuestros de cada día. Y la visión contrapuesta de que Leviatán (sea rey, dictador o asamblea legislativa) es quien concede los derechos se carga un buen pedazo de la descripción de cómo queremos que sean las cosas. Quizá no de cómo son, pues seguramente vivimos aún dominados por los poderosos de uno u otro lado, pero sí de cómo queremos que sean.

La asamblea legislativa que queremos representa al pueblo por motivos de eficiencia y si no hay más remedio, pero es del pueblo y de las asociaciones e individuos que comprende de donde emana la justicia. Los derechos ni existen ni se conceden, sino que se conquistan, se crean, y luego se defienden con uñas y dientes. Y esto no tiene nada de artificial: es nuestra naturaleza.

El pueblo puede matar

El pueblo puede matar

Acerca de la Educación ética para la ciudadanía me encuentro, entre otras flores, que al parecer


El obispo emérito de San Sebastián, José María Setién, [...] advirtió de que la voluntad de la mayoría puede traer como consecuencia ‘barbaridades’ como las que se cometieron durante la Revolución Francesa y añadió que el ejercicio del poder soberano del Estado puede derivar en Auschwitz o Hiroshima.

o eso dicen que dijo. A nosotros esto se nos antoja tan demagógico como sugerir, por ejemplo, que la voluntad de una jerarquía religiosa o de un sector de la población con escasa conciencia cívica puede traer como consecuencia barbaridades como las cometidas por la Santa Inquisición, y que el ejercicio del poder bendecido por la Iglesia puede derivar en dictaduras asesinas como la franquista.

Y es que insinuar vínculos, o ligar causas y efectos de manera irremediable negando la capacidad meramente humana de decidir cada uno de nuestros actos e intervenir en nuestros inexistentes destinos, es una de las esencias de la demagogia. Un verdadero demagogo, para no pillarse los dedos, nunca diría algo así como "la democracia lleva a la degeneración", sino que elegantemente lo insinúa con un "la democracia puede matar", y se queda tan ancho, pues suena tan científico como una advertencia en un paquete de cigarrillos. Claro que puede, todo puede. La falta de democracia, también. Las advertencias altisonantes de este tipo nos parecen un poco inútiles.

Flipar con Dios

Flipar con Dios

Extraigo esta cita de una reciente entrevista a Michael Ruse como aperitivo a próximas anotaciones.

Estoy de acuerdo con el 99 por ciento de las conclusiones de Dawkins, pero The God Delusion es un libro tonto, políticamente desastroso y mala ciencia. Gente como Dawkins y Daniel Dennet empiezan a resultarme fastidiosos. [...] El libro de Dawkins confirma mi análisis de evolucionismo como pseudo-religión. Su humanismo secular presenta características casi religiosas.

Y quien lo dice no es un creacionista, ni mucho menos. Aunque no lo conocía, parece ser un ferviente evolucionista. De sus palabras destilo que considera que hay que defender la ciencia con argumentos científicos. Supongo que hacer algo apasionadamente no quiere decir hacerlo con apasionamientos.

Me resisto a pagar por leerme The God Delusion, pero si ese enlace a la wikipedia me abre el apetito a lo mejor lo busco en la biblioteca pública.

Y a lo mejor también me anima este vídeo en que sale Dick (subtitulado en español). O a lo peor me pone de más mala leche...

¿Qué carajo sabemos?

¿Qué carajo sabemos?

Marain me pide que me zampe un documental que le ha gustado mucho, What the bleep do we know? (Google video). Le contesto diciendo que me está costando pasar de la mitad. Al principio tenía dificultades para digerir ciertas explicaciones demasiado divulgativas para ser ciertas, pero lo dejé pasar con indulgencia*.

El caso es que ahora está llegando a puntos que me superan. Por ejemplo con eso de los cristales de agua (nombre místico para el hielo) que reaccionan a los sentimientos de la gente. El único tipo de los que aparecen en el vídeo que me está gustando un poco es el de la pizarra negra, que habla como un físico (pero que no lo es). Es el que tiene menos luces difuminadas y glamurosas a su alrededor. Me empezaba a resultar extraño verlo entre el resto de la fauna, pero en la Wikipedia me encuentro que en realidad se descontextualizaron sus intervenciones:


David Albert, a philosopher of physics and professor at Columbia University, speaks frequently throughout the movie. While it may appear as though he supports the ideas that are presented in the movie, according to a Popular Science article, he is outraged at the final product. The article states that Albert granted the filmmakers a near-four hour interview about quantum mechanics being unrelated to consciousness or spirituality.

Le recomiendo a Marain un par de capítulos del libro de Martin Gardner Science: Good, Bad and Bogus que están relacionados con esto. Si no con el tema directamente, sí con los experimentos que se mencionan. La percepción extrasensorial, las máquinas de números aleatorios y otras cuestiones se tratan con sano escepticismo, sin centrarse tanto en las conclusiones (que es lo que hace este documental) como en los métodos para alcanzarlas (que es lo que debe de hacer un buen científico).

Buscando una referencia del libro para mandarle me encuentro con otro, Fads and Fallacies in the Name of Science, también de Gardner, que tiene incluso mejor pinta. Acerca del primero leo que no se preocupó de disimular que era una recopilación de cosas sueltas, y se vuelve repetitivo. Esa fue precisamente mi impresión cuando lo leí hace años, y por eso me cuesta recomendarlo. Pero si el segundo es más ameno y contiene la misma chicha, estupendo.

Como preparación para una futura charla le anticipo que no me considero de los que intentan explicarlo todo con nuestro conocimiento actual, y que no critico las ideas del documental porque piense que yo tengo todas las respuestas. Por supuesto que no.

Las critico porque eso es precisamente lo que ellos hacen, aunque peor: intentan explicar (o al menos sugerir una posible explicación para) todos los misterios del universo y de la mente con un cóctel engañoso de conocimiento real mezclado con creencias indemonstrables, sugiriendo que la ciencia les avala. Dependiendo de lo que les resulte conveniente se apoyan en la ciencia, o la extrapolan sin limitaciones. Mezclan ciencia con filosofía ligera y literatura de una manera que me parece incorrecta. No porque la ciencia sea mejor que las otras, sino porque la actividad científica es muy limitada y sólo se puede aplicar en situaciones muy controladas. Cuando la sacas de su territorio ya no sirve, y si lo haces de esta manera estás básicamente convirtiéndola en religión. En la modestia de la ciencia reside su grandeza. Y si bien la Filosofía de la Ciencia tiene mucho sentido, hacer ciencia de la filosofía tiene siempre tufillo a pratraña.

* Por ejemplo, se habla del efecto del observador sobre lo observado con cierta sorpresa alucinada, como si fuese magia cuántica, obviando que el observador también es un sistema físico, y que observar es siempre un proceso que implica interacción y no una abstracción sin contacto. Eso también es clásico.

Modestia y esnobismo de la ciencia

Modestia y esnobismo de la ciencia


¿Qué es una teoría? Para iniciar la discusión extraigo unos fragmentos interesantes de un par de blogs de entre mis favoritos (ambos hacen una envidiable tarea de divulgación científica):

Cuando una persona de mentalidad racional, incluso amante de la ciencia, afirma que la evolución sólo es una teoría, pero no un hecho, no hay que preocuparse de que le hayan podido lavar el cerebro los creacionistas. Confunde, simplemente, dos significados diferentes de la palabra "teoría": el popular, y el científico o filosófico-científico.

En el lenguaje popular, "teoría" es un térnimo casi peyorativo; se entiende que una teoría es una suposición, generalmente basada en poco más que intuiciones personales, y se emplea como opuesto a "hecho", o como algo muy inferior a los hechos. Algo no demasiado fiable.

Por el contrario, en la concepción científica de "teoría" el sentido peyorativo queda fulminado: podría decirse que construir teorías es el mayor logro y el objetivo más ambicioso de la investigación científica.

En la ciencia teorías y hechos son categorías totalmente diferentes; no tiene sentido compararlas para que el uno quede mejor parado que la otra. ¿Cuál es su relación? Simplificando mucho: las teorías explican los hechos. Y lo hacen de la mejor manera que es capaz el método científico.

El PaleoFreak

Tío Petros lo desglosa un poco más, y da una serie de puntos de los que pego sólo los que me interesan para este tema:

1.- Una teoría científica es un modelo de la realidad, creado por el hombre para explicar el funcionamiento del mundo con el menor número posible de hipótesis.

2.- El trabajo científico tiene una realimentación que impide elucubrar en vano: los modelos predicen cosas que luego la realidad corrobora, o descarta. De ahí que las hipótesis sobre el modelo deben ser predictivas y refutables.

3.- Una teoría científica que da respuesta a todo lo observado es una teoría útil, pero no por ello es una teoría CIERTA. [...]

Tío Petros

En el artículo de Tío Petros ya se menciona que hay que dejar clara una primera distinción entre teorías matemáticas y teorías físicas. Y es que es fácil confundir ambas dentro del grupo "teorías científicas". Las matemáticas son rigurosas, chapó, lo clavan, una teoría matemática no se discute una vez adquiere ese rango.

El problema viene ahora con las teorías físicas (las que intentan describir el mundo físico, incluso la vida animal o vegetal, no sólo cómo las rocas giran en el espacio o cómo los átomos hacen plof). Den la siguiente lista a cualquier ciudadano que no confunda las acepciones popular y científica del término "teoría" y pídanle que separe sus elementos en dos grupos: teorías chapó por un lado y teorías chafa por el otro:

  1. Teoría de la relatividad general
  2. Teoría de la relatividad especial
  3. Teorías de supercuerdas
  4. Teoría de la evolución de Darwin
  5. Teorías de Gran Unificación
  6. Teoría cuántica de campos
  7. Teoría de la tectónica de placas
  8. Teoría del diseño inteligente
  9. Teoría del psicoanálisis

Y paro, porque me basta para ilustrar lo que quiero. Todos esos nombres son utilizados con frecuencia por los más variados y respetables científicos para referirse a descripciones del mundo físico (sí, incluso la nueve). ¿Son todas estas teorías iguales? ¿Merecen todas recibir ese nombre? Y si no es así, ¿por qué? ¿Ve usted sólo dos grupos, los arriba propuestos, o esta separación le irrita y quisiera matizarla más? (Quizá eche de menos una categoría vayausteasaber, por ejemplo). Si usted es de los que piensan que la teoría 8 es un cuento chino, ¿qué opina de la, digamos, número 3? A veces me molesta un pelín ese tono de los científicos cuando dicen que la gente se lía con los términos, pero afortunadamente aquí están ellos para aclarar las cosas y enseñar a hablar sin ambigüedad, que es como hablan los científicos.

Estaba a punto de sugerir restringir el término "teoría " para el terreno exclusivamente matemático, donde la validez de una construcción intelectual es verificable, y dejar para el mundo físico otras palabras más modestas y realistas, como "modelo", pero me encuentro que incluso esta distinción no es tan fácil. Claro que no lo es, faltaría más. Buscar buenas palabras para describir la realidad, incluso la que construimos nosotros, es complicado.

Furia

Furia

Rage is the only quality which has kept me, or anybody I have ever studied, writing columns for newspapers.
- Jimmy Breslin

Las pintas que llevo

Las pintas que llevo

En el número de Newsweek del 2006-11-22 apareció un reportaje especial acerca de los conflictos que el velo islámico y su regulación causan en Europa. La ex-diputada holandesa nacida somalí Ayaan Hirsi Ali contribuía con una breve página de opinión, de la que malamente traduzco algunos párrafos:

El clérigo musulmán superior de Australia, el jeque Taj Din al-Hilali, hablaba recientemente acerca de un grupo de hombres musulmanes condenados a varios años de carcel por violaciones colectivas: "Si pones carne al descubierto afuera en la calle, y los gatos vienen y se la comen, ¿de quién es la culpa, de los gatos o de la carne destapada? La carne al descubierto es el problema". Continuaba: "Si ella hubiese estado en su habitación, en su casa, en su hijab, no habría habido ningún problema". El aspecto más perverso de esta "moralidad" es la total ausencia de responsabilidad masculina por su conducta. Y esta moralidad sexual choca completamente con la de occidente, que enfatiza el erotismo femenino en la moda, música, películas y publicidad. Las feministas pueden objetar los méritos de todo esto, pero hay una diferencia importante que prevalece. En occidente se asume que los hombres son capaces de controlarse sexualmente. Es esta presunción lo que hace posible que las mujeres tomemos parte libremente de la vida pública y decidamos privadamente por nosotras mismas.

Y sin embargo un par de frases después termina su artículo diciendo

Las mujeres musulmanas que usan velo en las sociedades occidentales [...] están siendo inmodestas e invasivas. Sólo conseguirán crear hostilidad. A las mujeres que deciden salir de su casa vistiendo como Batman y luego se quejan de ser ridiculizadas les digo: lo estáis provocando. Sopórtalo o cámbiate de ropa.

Yo prefiero pensar que incluso vestida literalmente de Batman (y no entro a analizar esa descripción insultante) voy a ser tratada con un mínimo de dignidad por mis conciudadanos. No sólo por consideración: si el respeto no bastase (que siempre hay algún cazurro) siempre quedará la ley, que me ampara. Y el que se burle de mi cresta punk que se enfrente con mis pearcings.

(N.B. que ya he visto que alguno se me despista: ambos párrafos están escritos por la misma autora. En el primero dice que es mucho morro culpar a la víctima, pero en el segundo señala a la víctima como responsable de sus desgracias. Es esa contradicción flagrante lo que motiva este artículo).

En esas sentencias finales de Hirsi Ali percibo lo de siempre en esta brillante señora: que sus argumentos están teñidos de un profundo y comprensible rencor que la llevan al disparate. No critico ese rencor, tiene muy buenos motivos para estar dolida, cabreada, terriblemente harta de mamoneces pseudo-religiosas o más bien folklóricas . Pero no creo que esas pasiones se deban emplear para hacer política.

Financiación de las iglesias

Financiación de las iglesias

"El pacto carece de rango legal " (El País, 2007-01-07) acerca del acuerdo para financiar a la Iglesia con dinero proveniente del 0,7% de los impuestos de los ciudadanos que marquen cierta casilla en su declaración de la renta. Se cita allí a un profesor univesitario, que explica:

Imaginemos que los poderes públicos quieren construir una nueva autopista, un colegio o un hospital. Para ello contarán con el 100% de la cuota tributaria de los ciudadanos que no pongan la cruz a favor de la Iglesia católica en su declaración del IRPF, pero sólo con el 99,3% de esos impuestos de los ciudadanos que opten por la Asignación Tributaria a la Iglesia católica, pues el 0,7% restante habrá ido directamente a financiar a una entidad que desde una paradójica perspectiva constitucional no tiene carácter estatal.

Parece ilustrar el infalible argumento que se oye por ahí: "Yo no quiero que con mi dinero se paguen actividades de otros con las que yo no comulgo". Curiosamente el ejemplo cita con inocencia tres cosas (autopista, colegio, hospital) a las que nadie con algo de interés por la comunidad podría oponerse (¿o sí?).

Lo más raro del asunto a nuestro juicio no es que la Iglesia reciba pasta del Estado, sino que un ciudadano, a título particular, tome una decisión concreta sobre cómo distribuir los presupuestos generales marcando una casilla en su declaración. Ese parece el mayor de los absurdos. Yo, por ejemplo, preferiría que hubiese también casillas para decidir acerca del fomento de actividades pseudo-deportivas, chismorreo rosa y amarillo, creación de museos de arte contemporáneo, orientación de la actividad investigadora, control de industrias y producciones no preservadoras del medio ambiente, estímulos de ampliación de parques automovilísticos, subvenciones a la agricultura, pesca y ganadería, y otras mil que no relaciono por no ser pedante. Usted ya lo habrá pillado. Habiendo tanto por lo que discutir, ¿sólo puedo decidir directamente acerca de una iglesia? Que quiten esa casilla y que no me tomen el pelo.

La política se hace todos los días, en todos los niveles de la administración, y no al pagar los impuestos. Es muy difícil definir lo que es de interés general, y a mí que la iglesia católica reciba dinero de los ciudadanos no me parece, dadas las circunstancias españolas, más trágico que la manera en que se financian las actividades arriba mentadas. ¿No reciben dinero del Estado también otras ONG?

Motivatie

Esto empieza hoy aquí por muchos motivos. No voy a explicarlos ahora. En todo caso esta sesuda referencia a Bleturge me viene que ni pintada, así que para qué ser pedante si puedo pegarlo y tan contento:

Tom Apostol dijo:

“Cada rama del conocimiento es un conjunto de ideas descritas por medio de palabras y símbolos, y no se pueden comprender estas ideas sin un conocimiento exacto de las palabras y símbolos que se utilizan.”

El que no esté de acuerdo, que lo lea una y otra vez hasta que lo entienda. No estamos para perder el tiempo. Pero reflexionemos:

Qué nos ha querido decir el apostol con estas palabras?

“El conocimiento inefable te lo puedes ir metiendo por el culo.”

Pues eso. Aquí lo diremos más fino, pero no más claro. Hablaremos de conocimientos inefables e infalibles, y nos los meteremos por donde nos vayan cabiendo.